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La desesperación

2020-04-10

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Me agrada un cementerio de muertos bien relleno, manando sangre y cieno que impida el respirar, y allí un sepulturero de tétrica mirada con mano despiadada los cráneos machacar.

—Vaya Donaficon, vienes contento, no?

—Vengo como tu, no recuerdas quién soy? Te dije que volvería y he vuelto. No sabes de quién es esa poesía?

—Pues… no caigo, parece muy macabra, eso si.

—Tienes la memoria corta, como siempre. Esa poesía te la recitaba tu padre. La historia ya la conoces, la quieres contar tú o lo hago yo?

—Mira, no me acuerdo de esa poesía, no se de quien es y tampoco sé a que viene ahora nombrar a mi padre!

—Pues ya te dije que volvería a contarte cosas que no te gustan. Siempre hablas mierdas de tus padres, llorando por los rincones sobre si te trataron mal… y…

—Para, para que vamos mal. Yo tuve una infancia bastante difícil, crecí en una familia conflictiva y parte de mis problemas vienen de ahí…

—Ya empezamos. —Dijo Donaficon —Pareces un mierdecilla otra vez, ni para eso tienes cojones de hablar claro. Como no lo haces tu lo voy a hacer yo, estoy hasta los huevos de que vayas siempre llorando por las esquinas, regodeandote hasta el orgasmo contando a diestro y siniestro que te echaron de casa, que te fuiste con una bolsa de plástico con unos calzoncillos y dos camisetas, que te pusiste a trabajar en el campo para comer…y….

—Oye, eso es verdad! Eres un mierda! Sabes perfectamente que eso fue lo que pasó!

—Claro que pasó! Eso no te lo cuestiono! El problema es cómo lo cuentas! Como lo dramatizas! Como lo adornas! Te pones en tu platea del teatro a representar tu obrilla del Lazarillo de Tormes, con esa verborrea barata sobre la vida, la miseria, el pobrecito…

Pero si llegaste a contar que tenias que tomar 3 carajillos por la mañana a las 6 de la mañana antes de entrar en la cooperativa a trabajar porque si no, no eras capaz de empezar!

Luego, si te “dan cancha” sigues con una descripción donde vivías, el piso, la ducha…quieres que continúe?

—Sinceramente, —Le dije —No. No quiero que sigas. No hace falta. Todo eso pasó y fue culpa de mi madre.

—Jajajajaja… —Donaficon parecía retorcerse de dolor de tanto reírse. Ya, —Dijo —Y…no sería culpa de tu padre? O de tu tíos? O de tus profesores? O de la sociedad? Vamos hombre, no me jodas. Lo que más me jode es que durante un tiempo llegaste a decir que te fuiste porque la situación se había vuelto insostenible y tenias miedo de que tu madre perdiera el control y acabara por maltratar aún más a tus hermanas!!! Eres patético. Pero bueno, vamos a dejar por un momento ese episodio de tu vida, ya volveremos, no te preocupes.

Al principio me has preguntado sobre la poesía. Esa poesía te la recitaba tu padre y es mucho más larga, no iba a ponerla entera aquí. Si estas interesado la buscas por internet. Es La Desesperación de Espronceda.

Tu padre te decía, cuando eras pequeño, que era una poesía prohibida en su época porque decía muchas blasfemias pero que él se la había aprendido. Yo creo se la sabía de memoria porque estaba prohibida. Seguramente se la aprendió porque estaba tan roto o más que tu.

Además te leíste Las Ruinas de Palmira solamente porque se lo leyó él y era un libro que rondaba por la casa a medio acabar donde viviste un tiempo con él. Un libro “infumable” pero claro, si lo había leído él…pues bueno, había que leerlo, no?

—Pues del poema no me acuerdo mucho pero del libro si. Era viejo y estaba casi amarillo!!! Siiii… Y me acuerdo que lo empecé unas 300 veces de lo difícil que era leerlo!

—Allí con tu padre tampoco aguantaste mucho, verdad? Claro, como estaba borracho casi todo el día pues también era fácil echarle la culpa de todo…

—Pues no se tío, tu crees que es normal tener dos padres alcohólicos? Fue un calvario y tu lo sabes. Aquella época la recuerdo muy bien. Yo era feliz porque era libre. Andaba de aquí para allá sin control y eso me gustaba. No estudiaba casi nada, yo creo que en cierta forma fui feliz en aquella época.

—No estudiabas porque no querías. Nadie te obligaba a no ir al instituto. Ya se que no tenías las condiciones mejores para hacerlo, que estabas en plena adolescencia y todo eso pero solo estabas a cinco kilómetros del instituto, tenías una bici, tenías tiempo. Tampoco estudiaste en casa de tu madre por lo mismo. Era mucho más chulo trabajar por ahí, vendiendo seguros, libros, soñando con ser el relaciones públicas de algún garito como alguno de tus amigos. Claro, aquello era glamour, no? Pero estudiar no. Al final tuviste que trabajar duro por cojones y claro, eso no te gustó.

—Pero vamos a ver, —Le dije —Como quieres que estudiara en las condiciones en las que estaba! Lo mismo pasó con mis hermanas! Era imposible sacar algo en claro en aquellas casas! Ni en la de mi madre ni en la de mi padre.

—Yo no te digo que no fuera duro! Lo que te digo es que ya vale de echarle la culpa a todo y a todos! Siempre quieres justificarte! Quieres probar que lo que pasó fue culpa de los otros y no quieres ver que tu formaste parte de la realidad que se produjo. Tu participaste de alguna manera en todo eso. Tu eres tan responsable de lo que te pasó como lo fueron tus padres, tus hermanas, el colegio, la familia, todo fue necesario y todo confluyó para que te pasara lo que pasó; todo amigo.

—Uno de los primeros recuerdos que tengo son de mi madre diciéndome que cuando yo tenía un año me había llevado al psiquiatra porque decía que hacia cosas “raras”… Como es posible que me acuerde de aquello? Y aún peor! Como es posible que lo hiciera! Y además que me lo contara! Solamente para hacerme daño! Que interés puede tener alguien de contar algo así a un niño pequeño, joder? Máxime cuando la que tenia que habérselo mirado era ella que tuvo un montón de hijos con alguien que ella decía que no quería! Como se puede estar tan enferma?

—A ver chaval —Dijo Donaficon —Tu madre hizo lo mismo, lo mismo que hubieras hecho tu si hubieras tenido su educación, su pasado, su marido, su trabajo, su sociedad, etc. Tu lo hubieras hecho mejor? Vaya… que listo! Si sufriste te jodes. Muchos niños sufrieron antes que tu, muchos de tu generación también y muchos lo hacen ahora. Hay niños que mueren de hambre hoy en día. Los niños, los adultos, los viejos, todos sufren, han sufrido y sufrirán. Hablar del dolor no soluciona el problema, alivia pero no soluciona el problema. Aún menos cuando le das tanto dramatismo, solo te gusta hacer tu circo dialéctico, solo eso.

—Mi padre —Dije yo —Me soltó un día que si estaba vivo era porque él se había puesto pesado con mi madre porque ella no me quería. Mi padre me decía cuando era pequeño que yo a mi madre le molestaba. Ella quería seguir con su carrera de vendedora, con su vida alegre, sus salidas, etc. Y mi llegada era no deseada. Claro, en aquel momento no habían muchas medidas de contracepción. Eso es muy duro de oír. Y lo tuve que oír más de una vez!

—Vale, y eso te da derecho a seguir llorando por las esquinas? Ahora estás aquí, en este mundo hace más de cincuenta años y ahora me vas a hablar de algo que pasó cuando tenías ocho o nueve? En fin. Vete a cagar. Has ido al psicólogo después del brote psicótico que te dio el otro día?

—Si, he hablado con él por videoconferencia. Puto confinamiento. Por cierto, me ha dicho que no fue un brote psicótico! Me explicó la diferencia… pero de eso hablaremos en otro momento, ahora estoy cansado.